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Estudiantes en actividad de convivencia escolar

Convivencia Escolar: dinámicas adolescentes y aprendizaje.

Estudiantes en ejercicio de convivencia escolar en su liceo.

Nuestra adolescencia fue la etapa en la que estuvimos más abiertos a la influencia de nuestros pares en nuestras creencias y comportamientos. ¿En qué medida habrán influido nuestras amistades y compañeros adolescentes en nuestra propia vida? ¿Cómo afecta esta dimensión de la convivencia escolar al aprendizaje?

 

Cómo los adolescentes organizan su propia convivencia escolar

El 2018, el profesor Ming-Te Wang, del Centro de Investigación y Desarrollo del Aprendizaje de la Universidad de Pittsburgh, junto con un equipo de investigadores de Estados Unidos y Finlandia, compiló evidencia que ayuda a comprender cómo funciona el proceso en el que los adolescentes van organizando su propia convivencia en la escuela, se van influenciando y asimilando con sus pares. Los investigadores explican que los adolescentes se van asimilando con sus pares, amigos y compañeros, a través de dos procesos:

  1. Por un lado, los pares se influyen y contagian entre sí sus actitudes y comportamientos a lo largo del tiempo. En este proceso también se van contagiando sus comportamientos académicos, como su nivel de asistencia a clases, su comportamiento en general, su rendimiento académico y su nivel de compromiso con la escuela. Los investigadores explican que los jóvenes tienden a hacer un esfuerzo por encajar y que, por eso, “pueden comenzar a adoptar los valores y comportamientos académicos de sus pares”, evitando así “la vergüenza y el rechazo que a menudo implica no seguir el comportamiento normal del grupo”.
  2. Por otro lado, también existe un proceso de selección de pares. Esto ocurre cuando los adolescentes eligen unirse a grupos que comparten gustos, valores y comportamientos similares, incluidos los comportamientos académicos. Por ejemplo, estudios han demostrado que los estudiantes con un alto rendimiento tienen más probabilidades de seleccionar como amigos a compañeros de alto rendimiento, mientras que los estudiantes con un bajo rendimiento tienen más probabilidades de hacer amigos con compañeros de bajo rendimiento. Otros estudios muestran que los estudiantes tienden a hacerse amigos de aquellos que tienen un nivel de asistencia similar.
 
 

El efecto de las amistades

Este mismo equipo de investigadores realizó un estudio en Finlandia en el que participaron 1479 adolescentes de 16 años, de 9 escuelas, durante 1 año. Los estudiantes asistían a una escuela nueva y los grupos de curso estaban recién conformados. Los adolescentes se encontraban en un entorno educativo nuevo con compañeros diferentes, y en algunos casos, con compañeros que también habían asistido a su escuela anterior. Este estudio incluyó métodos sociométricos, sondeó temas de convivencia escolar, creencias de los estudiantes, y se pidió a los participantes que nominaran hasta tres compañeros de curso con quienes “les gusta pasar tiempo”. ¿Qué concluyeron?

    • En promedio, los estudiantes mencionaban 1 o 2 compañeros.

    • En el 90% de los casos, mencionaban personas del mismo sexo.

    • En aproximadamente el 50% de los casos, las nominaciones eran recíprocas.

    • En aproximadamente el 30% de los casos, las nominaciones revelaban un grupo recíproco de 3 amigos o más.

    • Estas redes de amistad o de afinidad se mantenían en el tiempo y cambiaban muy poco a lo largo de un año.

    • En este estudio, también se analizaron las creencias de los estudiantes, incluyendo sus creencias académicas, como la importancia de la escuela, el disfrute en el aprendizaje y el esfuerzo. El estudio concluyó que los estudiantes no seleccionan a sus amigos en función de sus creencias. Los estudiantes no seleccionan a compañeros con creencias similares para hacerse amigos. Los investigadores mencionan que esto puede deberse a que las creencias son difíciles de ver a simple vista.

    • Sin embargo, estas creencias se van contagiando a lo largo del tiempo entre los amigos y se refuerzan a medida que se contagian, lo que eventualmente puede generar un círculo vicioso: los amigos que disfrutan poco del estudio, que valoran poco la escuela y que sienten poco interés en esforzarse, pueden influenciarse mutuamente y desvincularse cada vez más de la escuela.

    • Por otro lado, los adolescentes con amigos que valoran mucho la escuela y están comprometidos con el aprendizaje, también tienen más probabilidades de transmitirse estos valores entre sí, reforzando así un círculo virtuoso.

    • Los investigadores explican que las creencias se contagian dentro de los grupos de amigos, porque los adolescentes son en parte conscientes de las consecuencias que tiene apartarse de las normas de sus pares. Por eso los estudiantes se alinean con las creencias más frecuentes del grupo. Ellos van adoptando los valores y conductas del grupo de amigos para evitar el rechazo.

    • Si bien los estudiantes en general no eligen a sus amigos en función de sus creencias (porque son invisibles), sí hacen amigos con aquellos compañeros que tienen comportamientos visiblemente similares. El estudio demostró que los estudiantes tenían una preferencia por hacer amigos con compañeros que tenían un nivel de asistencia similar.

    • ¿Los buenos estudiantes son más populares? No. En el estudio, los estudiantes que tenían poco compromiso académico (es decir, que tenían poco entusiasmo por el estudio, bajas expectativas académicas y menos ganas de esforzarse) eran más populares entre sus compañeros, es decir, recibían más menciones de compañeros indicando que “les gustaba pasar tiempo con ellos”. Esto no significaba necesariamente que los estudiantes de alto rendimiento fueran impopulares, pero tenían menos menciones de parte de sus compañeros.

    • Por otro lado, los estudiantes de alto rendimiento tienden a preferir hacer amigos de alto rendimiento académico.

    • Para los estudiantes de bajo rendimiento académico, el rendimiento académico no es importante a la hora de hacer amigos.

    • Los estudiantes de alto rendimiento y con alto nivel de estrés, tienden a hacer amigos con otros estudiantes de alto rendimiento y con alto nivel de estrés.

  • El estudio también evidenció que los estudiantes que tienen un alto nivel de asistencia a clases son más populares entre sus pares.
 
 

Gestionar las relaciones en el curso es un superpoder

¿Por qué es importante este estudio y sus resultados? En primer lugar, demuestra una vez más que los compañeros ejercen una gran influencia a través del contagio de creencias y comportamientos académicos. Esta socialización o contagio puede ser positiva o negativa, y sucede siempre. Las relaciones entre compañeros de clase pueden influir significativamente en la convivencia escolar y en el desempeño escolar. Los compañeros funcionan como poderosos agentes de cambio dentro de las aulas, ya sea que gestionemos o no al fenómeno.

Por otro lado, este estudio es importante porque, si los profesores, encargados de convivencia escolar y directivos prestamos atención al fenómeno, e intentamos gestionarlo, podemos aprovechar un nuevo recurso o poder que está dentro de cada aula, dentro de cada grupo curso. Así podemos comenzar a preguntarnos y empezar a respondernos. ¿Cómo podemos sacar provecho al proceso de contagio de creencias entre los estudiantes? ¿De qué forma podemos visibilizar las creencias positivas de los estudiantes? ¿Cómo podemos ayudarlos a alimentar sus grupos con nuevos integrantes? ¿Para mejorar la asistencia? ¿Mejorando la convivencia escolar? ¿Para mejorar el aprendizaje?

 

Fuente

Esta reflexión está basada en el estudio revisado por Fabiana González y Paola Silva en su seminario de titulación para la carrera de Sociología UC:
Wang, M., Kiuru, N., Degol, J., Salmela-Aro, K. (2018). Friends, academic achievement, and school engagement during adolescence: A social network approach to peer influence and selection effects. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0959475217306801

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